Desmenuzar una pastilla de avecrén y echarla en la pota.
Echar sal, un par de golpes de brazo con el salero.
Mientras calienta el agua pelar 4 dientes de ajo y echarlos en la pota.
Cortar pan duro en rodajas, unas 30 rodajas. Cuanta más espesa queramos la salsa necesitaremos cortar más pan.
Cuando el agua empiece a hervir bajar el fuego a intensidad media ( al 50%-60% de su potencia).
Comprobar que los ajos estén blandos. Están en su punto cuando al pincharlos con un tenedor se caen por su propio peso.
Dejar reposar con el fuego al 10%, durante 7 minutos.
Ahora toca el toque del pimentón:
- Calentar un poco de aceite en una sartén pequeña (18cm-16cm), el aceite no debe cubrir todo el fondo.
- Cuando notemos al aceite muy caliente echamos un cucharada (de las de postre) de pimentón.
- Agitamos la sartén para que se esparza todo el pimentón por el aceite dejando que chisporroté un par de segundos. Si esperamos más tiempo el pimentón se quemaría.
- Vertemos la sartén en la pota.
Dejamos reposar un par de minutos la pota y listo para servir.
Un truquillo para aprovechar el máximo el "sofrito" de pimentón y a la vez dejar la sartén limpia de aceite (siempre debemos evitar por todos los medios verter aceite por el desagüe) es coger una garcilla, llenarla de sopa de la pota y verterla en la sartén, movemos bien la sopa en la sartén y volvemos a vascular en la pota.